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  • 3. Etapas del procedimiento
  • 4. Demostración del procedimiento
  • 5. Radiografía posterior al procedimiento

Inserción de sonda nasogástrica (NG)

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Deanna Rothman, MD
Massachusetts General Hospital

Main Text

Este video proporciona una guía práctica para la inserción de la sonda nasogástrica, que cubre indicaciones, contraindicaciones, materiales necesarios y técnica paso a paso. Las indicaciones comunes incluyen descompresión gastrointestinal, alimentación, administración de medicamentos y cuidados postoperatorios. Se demuestran consejos clave sobre procedimientos, como el posicionamiento del paciente, la resolución de problemas y la confirmación de la colocación con radiografía de tórax. Se hace hincapié en la seguridad del paciente, la comodidad y la comunicación clara durante todo el procedimiento, lo que lo convierte en una herramienta educativa útil para estudiantes y aprendices que aprenden habilidades clínicas fundamentales.

La inserción de una sonda nasogástrica (NG) es una habilidad crucial en la práctica médica, ampliamente utilizada en diversos entornos clínicos. 1 Este procedimiento implica la colocación de un tubo flexible a través del conducto nasal hacia el estómago, que sirve para múltiples propósitos en la atención del paciente. El video de arriba tiene como objetivo proporcionar una descripción detallada de la inserción de la sonda nasogástrica, incluidas sus indicaciones, contraindicaciones, materiales necesarios y el proceso paso a paso de colocación.

Las principales indicaciones para la inserción de la sonda nasogástrica incluyen la descompresión del tracto gastrointestinal, el lavado gástrico, el soporte nutricional, la administración de medicamentos, la aspiración del contenido gástrico y los fines de diagnóstico. número arábigo

A menudo se requiere la descompresión del tracto gastrointestinal para aliviar la presión y prevenir los vómitos en pacientes con obstrucción intestinal, íleo o vómitos intensos. 3 Esto es particularmente esencial en condiciones como la obstrucción del intestino delgado, donde aliviar la presión puede prevenir la perforación y otras complicaciones. 4

El lavado gástrico es otra indicación importante para el uso de sondas nasogástricas, particularmente en casos de ingestión tóxica, obstrucción de la salida gástrica y sangrado gastrointestinal. En la obstrucción de la salida gástrica, una sonda nasogástrica ayuda a descomprimir el estómago al eliminar el contenido gástrico acumulado, aliviando los síntomas. También facilita la eliminación rápida de las toxinas ingeridas del estómago, lo cual es fundamental en casos de intoxicación aguda. 5 Además, el lavado gástrico se usa comúnmente para ayudar a diferenciar el sangrado gastrointestinal superior del sangrado gastrointestinal inferior como la causa de hematoquecia o melena.

En términos de apoyo nutricional, las sondas nasogástricas proporcionan una ruta para la alimentación enteral en pacientes que no pueden tomar nutrición oral debido a afecciones como accidente cerebrovascular, lesión en la cabeza o disfagia grave. Esto sirve como una solución temporal para el apoyo nutricional hasta que el paciente pueda reanudar la alimentación normal. 6

Las sondas nasogástricas también se utilizan para la administración de medicamentos en pacientes que no pueden tragar pastillas o medicamentos líquidos. Esto es particularmente útil para pacientes críticamente enfermos que están intubados o tienen problemas de conciencia. Además, en pacientes con riesgo de aspiración, como aquellos con problemas para tragar o niveles de conciencia disminuidos, las sondas nasogástricas se pueden usar para aspirar el contenido gástrico y prevenir la neumonía por aspiración. 7

Con fines de diagnóstico, las sondas nasogástricas se pueden usar para obtener contenido gástrico para análisis, como en el diagnóstico de sangrado gastrointestinal o para medir el pH gástrico. 8

A pesar de su utilidad, existen varias contraindicaciones para la inserción de la sonda nasogástrica que deben considerarse cuidadosamente para evitar complicaciones. Una contraindicación importante es la presencia de una fractura de cráneo basilar. La inserción de una sonda nasogástrica en pacientes con esta afección puede conducir a la colocación intracraneal de la sonda, lo que representa un riesgo significativo de lesión cerebral. Los traumatismos faciales graves también suponen una contraindicación, ya que pueden alterar la anatomía y aumentar el riesgo de una colocación incorrecta o de lesiones adicionales durante la inserción. 9

Los pacientes con várices o estenosis esofágicas tienen un alto riesgo de sangrado o perforación durante la inserción de la sonda nasogástrica, lo que hace que esta sea otra contraindicación relativa. 10 La cirugía nasal reciente es otra contraindicación, ya que la inserción de una sonda nasogástrica puede complicar la curación, lo que puede provocar sangrado o interrupción de las reparaciones quirúrgicas. 11 Además, los pacientes con trastornos significativos de la coagulación tienen un mayor riesgo de complicaciones hemorrágicas con la inserción de la sonda nasogástrica, lo que requiere una consideración cuidadosa antes de continuar.

Los siguientes materiales son necesarios para la inserción de la sonda nasogástrica:12

  • Cubo (para emesis potencial)
  • Tubo de succión
  • Guantes
  • Sonda nasogástrica (se recomiendan 18 franceses para la descompresión)
  • Taza de agua con pajita
  • Jalea lubricante
  • Curita
  • Cinta

El procedimiento de inserción de la sonda nasogástrica implica varios pasos. Antes de iniciar el procedimiento de inserción de la sonda nasogástrica, es crucial explicar detalladamente el proceso al paciente y obtener el consentimiento informado. Este paso no es simplemente un requisito legal, sino un aspecto esencial de la atención centrada en el paciente. El proveedor de atención médica debe usar un lenguaje claro y no técnico para describir el propósito de la sonda nasogástrica, el proceso de inserción, las posibles molestias y las posibles complicaciones. Se debe alentar a los pacientes a hacer preguntas y expresar cualquier inquietud. Es importante explicar que, si bien el procedimiento puede causar molestias temporales, hay formas de minimizarlas, como el uso de gel lubricante y el posicionamiento adecuado. Se debe informar al paciente sobre qué sensaciones esperar durante la inserción, como una sensación de presión en el conducto nasal y la garganta, y la posibilidad de arcadas. Además, el proveedor de atención médica debe explicar cómo el paciente puede ayudar en el procedimiento, por ejemplo, tragando agua cuando se le indique. Esta explicación integral no solo cumple con las obligaciones éticas y legales, sino que también ayuda a reducir la ansiedad del paciente, mejorar la cooperación y, en última instancia, contribuir a un proceso de inserción más exitoso y menos traumático.

El paciente debe colocarse en una posición de Fowler semierguida o alta, con la cabecera de la cama elevada a aproximadamente 30-45 grados. Esta posición implica levantar toda la parte superior del cuerpo, no solo la cabeza. La espalda del paciente debe estar apoyada en la cama elevada o en las almohadas. Esta posición semisentada ayuda a reducir el riesgo de aspiración y facilita que el paciente trague durante el procedimiento.
La cabeza del paciente debe colocarse en una alineación neutral o ligeramente flexionada hacia adelante, ya que ambos enfoques son efectivos y dependen de la preferencia clínica y la comodidad del paciente. Se puede colocar una pequeña almohada detrás del cuello para mantener una alineación neutra de la columna cervical, lo que facilita la curvatura natural de la nasofaringe y la orofaringe, lo que ayuda al paso de la sonda nasogástrica.

Alternativamente, el paciente puede sentarse erguido con la barbilla ligeramente doblada hacia el pecho durante la inserción del tubo. Esta posición ayuda a cerrar la tráquea y abrir el esófago, lo que reduce aún más el riesgo de intubación traqueal inadvertida. Cualquiera de las técnicas se puede utilizar de manera efectiva según las circunstancias específicas del procedimiento.

Es importante asegurarse de que el paciente esté lo más cómodo posible en esta posición, ya que la comodidad puede contribuir a una mejor cooperación y facilidad de inserción. El proveedor de atención médica también debe colocarse a una altura cómoda en relación con el paciente, a menudo de pie al lado de la cama, para permitir una inserción suave del tubo.

Luego, se mide la longitud del tubo que se insertará desde la punta de la nariz hasta el lóbulo de la oreja y luego hasta el proceso xifoides. La mayoría de las sondas nasogástricas tienen marcas a 50, 60 y 70 cm de la punta para una colocación precisa. El extremo distal del tubo está lubricado con gelatina soluble en agua. Luego, el tubo se inserta suavemente a través de las fosas nasales y avanza a medida que el paciente traga sorbos de agua. El tubo avanza hasta alcanzar la marca predeterminada. La colocación adecuada se confirma mediante la auscultación del epigastrio durante la inyección de aire, la aspiración del contenido gástrico o la verificación radiográfica. Finalmente, el tubo se fija a la nariz del paciente con el vendaje adhesivo y a la bata del paciente con cinta adhesiva y un imperdible. 13–15

Después de la inserción exitosa de la sonda nasogástrica, el cuidado y el monitoreo adecuados son esenciales para la seguridad del paciente y el tratamiento efectivo. Inmediatamente después de la inserción, la colocación del tubo debe confirmarse mediante verificación radiográfica. 16 El tubo debe estar bien sujeto para evitar el desplazamiento, y el paciente debe ser evaluado para detectar cualquier complicación inmediata, como sangrado o dificultad respiratoria. Las evaluaciones periódicas son cruciales, incluidos los controles diarios del sitio de inserción para detectar irritación o infección, la verificación de la posición del tubo al menos una vez por turno y la evaluación de la comodidad del paciente. El mantenimiento de la sonda implica enjuagar con 30 a 50 ml de agua cada 4 a 6 horas durante las alimentaciones continuas o antes y después de las alimentaciones intermitentes y la administración de medicamentos. La higiene bucal y el cuidado nasal son importantes para prevenir infecciones y mantener la integridad de la piel. Durante la alimentación, los pacientes deben ser monitoreados para detectar signos de intolerancia, como náuseas o distensión abdominal, y la cabecera de la cama debe elevarse para reducir el riesgo de aspiración. Los proveedores de atención médica deben permanecer atentos a posibles complicaciones como neumonía por aspiración, desplazamiento del tubo o sinusitis. La educación del paciente y la familia sobre el cuidado de la sonda y las señales de advertencia es crucial, especialmente si el paciente será dado de alta con la sonda nasogástrica colocada. Es esencial documentar con precisión todas las evaluaciones, intervenciones y complicaciones.

Si bien los principios básicos de la inserción de la sonda nasogástrica siguen siendo consistentes, ciertas poblaciones de pacientes requieren consideraciones especiales. En los niños, el tamaño de la sonda nasogástrica debe seleccionarse cuidadosamente según la edad y el tamaño del niño. Por lo general, se utilizan tamaños franceses más pequeños. La profundidad de inserción también es diferente; En neonatos y bebés, se utiliza la distancia desde la nariz hasta el lóbulo de la oreja hasta el punto medio entre la apófisis xifoides y el ombligo. 17 La presencia de los padres y las medidas de comodidad son cruciales. En algunos casos, se puede considerar la sedación leve, aunque esto debe hacerse con precaución y bajo estrecha vigilancia. 18–20

Los adultos mayores pueden tener cambios anatómicos que dificultan la inserción de la sonda nasogástrica. Estos pueden incluir desviación del tabique nasal, disminución del reflejo nauseoso o artritis de la columna cervical que limita el movimiento del cuello. Se debe tener especial cuidado para prevenir traumatismos y puede ser preferible un tamaño de tubo más pequeño. Las deficiencias cognitivas pueden requerir una explicación adicional y tranquilidad durante todo el procedimiento. 21

Para los pacientes que están intubados o inconscientes, la técnica de deglución no se puede utilizar para ayudar a la inserción. En estos casos, el avance suave de la sonda con flexión simultánea del cuello puede ayudar a guiar la sonda hacia el esófago. Se debe tener especial precaución para verificar la colocación correcta, ya que a menudo requiere confirmación radiográfica. 22,23

Las personas con antecedentes de cirugía de cabeza y cuello, radioterapia o anomalías anatómicas pueden requerir técnicas de inserción modificadas. En algunos casos, puede ser necesaria la guía endoscópica para una inserción segura.

Si bien la coagulopatía grave es una contraindicación relativa, en los casos en que es necesaria la inserción de una sonda nasogástrica, se deben tomar precauciones adicionales. Esto puede incluir corregir la coagulopatía si es posible, usar un tamaño de tubo más pequeño y tener medidas listas para controlar el sangrado potencial.

Esta guía completa sobre la inserción de la sonda nasogástrica es importante para los médicos, particularmente aquellos en entornos quirúrgicos y de cuidados críticos. El video sirve como un valioso recurso educativo para estudiantes de medicina, residentes y médicos en ejercicio que puedan necesitar realizar este procedimiento. Proporcionar una explicación clara y detallada del procedimiento ayuda a garantizar que los proveedores de atención médica puedan realizar la inserción de la sonda nasogástrica de manera segura y efectiva, minimizando los riesgos para los pacientes. Esta guía es particularmente beneficiosa para los estudiantes de medicina que aprenden sobre procedimientos clínicos básicos, residentes de medicina quirúrgica y de emergencia que perfeccionan sus habilidades, enfermeras que pueden estar involucradas en el cuidado y manejo de la sonda nasogástrica y médicos en ejercicio que necesitan un repaso del procedimiento. Al enfatizar la seguridad del paciente, la técnica adecuada y la importancia de comprender tanto las indicaciones como las contraindicaciones, esta guía contribuye a mejorar la atención al paciente y los resultados en entornos clínicos donde la inserción de la sonda nasogástrica se realiza con frecuencia.

La Dra. Deanna Rothman se desempeña como asesora médica en JOMI y no ha participado en el procesamiento editorial de este artículo.

Resumen agregado después de la publicación el 18/07/2025 para cumplir con los requisitos de indexación y accesibilidad. No se realizaron cambios en el contenido del artículo.

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Rothman D. Inserción de sonda nasogástrica (NG). J Med Insight. 2024; 2024(482). doi:10.24296/jomi/482.

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MGH Learning Lab

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Publication Date
Article ID482
Production ID0482
Volume2024
Issue482
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https://doi.org/10.24296/jomi/482